PENSAMIENTOS Y ESCRITOS

 

Debemos estar agradecidos por lo que tenemos, no por lo que nos falta. Más vale saber que tenemos medio vaso vacío que anhelar que nos falta mediovaso por llenar. Querríamos alcanzar la vida utópica que nos hemos imaginado pero hay que equilibrar ambos lados, no lo podemos tener todo.

Toni Giménez (Noviembre 2024)

 

Mientras leéis este corto (y triste) poema escuchad la canción April, come she will de Paul Simon, en la intimista y preciosa versión de Hana Jade Ulep: https://youtu.be/c8dx4eLEc54

 

Marzo, la conocí.

Abril, todo eran ilusiones.

Mayo, nos volvimos a ver.

Junio, nos escribíamos.

Julio, solo pensaba en ella.

Agosto, guardamos silencio.

Septiembre, me dejó.

Es otoño, los árboles lloran conmigo.

Toni Giménez (Octubre 2024)

 

La infancia no es un periodo de la vida por el que hay que pasar lo más pronto posible y olvidarlo. Hay aspectos de la infancia que sería necesario mantener a lo largo de toda la vida. Si nos dicen que somos como criaturas o que somos ingenuos deberíamos de sentirnos orgullosos por ello y reafirmarnos porque quiere decir que nos mantenemos aún en estado natural, sin habernos corrompido. Por esto no me gusta hablar de niños, niñas, jóvenes, mayores, ancianos... prefiero decir personas que están en la infancia, la adolescencia, la juventud, la edad adulta o la vejez.

Toni Giménez (Septiembre 2024)

 

NARRACIÓN CORTA

EL HOMBRE QUE SE ENAMORÓ DE UNA MUJER LESBIANA

La vio pasar y aunque nunca tenía por costumbre girarse para mirar a una mujer por detrás, algo rompió esa rutina. También es cierto que no acostumbraba a fijarse en las personas cuando iba andando por la calle, siempre se encontraba distraído con sus pensamientos. Pero aquel día todo fue distinto. Algo pasó que hizo que se fijase en ella: ni alta ni baja, cabello largo y de color otoñal, recogido en forma de trenza que le llegaba a media espalda. Un vestido largo y de vivos colores cubría su cuerpo. Ojos verdes y cara llena de pecas, al igual que el resto de su piel. Sonrisa entre ingenua y perspicaz. No pudo pasar de largo, dio media vuelta y se dirigió a ella. Ella no se asustó, le brindó su hermosa sonrisa y le preguntó si se encontraba bien al verlo tan aturdido. Él casi no podía articular palabra. Se reconocía tímido y poco guapo y no quería por nada del mundo que ella pensase mal de él. Por su cabeza pasaban palabras y palabras y no atinaba a hacer una frase coherente. Sus sentimientos iban desde el enamoramiento repentino a la admiración más ingenua pasando por un sinfín de palpitaciones que no lograba controlar a pesar de que se tenía por una persona juiciosa. Ella le puso sus dedos en la boca y le dijo que no dijese nada si no encontraba palabras. Quedaron para verse otro día con más calma. Él quedó perturbado porque nunca le había pasado cosa igual. Ella se propuso decirle lo que sentía lo más pronto posible para evitar malentendidos. Y así lo hizo el día que se vieron de nuevo. Pero antes de que ella dijese nada él le dijo que ya se imaginaba lo que le iba a decir: que si ya tenía pareja, que si no sentía nada por él, que había tenido mala experiencia en relaciones anteriores... Ella lo interrumpió y le dijo que seguramente lo que le diría sería muy distinto de lo que él se pensaba que le iba a decir: “Soy lesbiana. Hace tiempo que busco relacionarme con una mujer con quien compartir mi vida”. Él se quedó helado. Una vez en la vida que se fijaba en una mujer... y resulta que nunca podrían ser pareja. Lo aceptó. Lloró. Ella también. Sabía que ese hombre tenía el carácter y la sensibilidad de la mujer que buscaba. Él le deseó suerte y ella le agradeció su comprensión. Por parte de él un beso selló su despedida y por parte de ella unas palabras amistosas pusieron esperanza: “Quizás algún día podamos tener una relación de amistad”. “Si, quizás, musitó él, quizás...”. Las cosas del amor son dolorosas.

Pasó el tiempo. Él continuaba enamorado de ella. No podía hacer nada para evitarlo. Una persona nos cautiva y sentimos “mariposas” en la panza. Ella continuaba viéndolo como la mujer de la que le gustaría enamorarse, ya que era dulce, sensible, inteligente, pero no se sentía enamorada de él. Se le hacía extraña aquella situación y, de alguna manera, sufría por él. Los caminos de las relaciones humanas son complejos. Él siempre la tenía presente en sus pensamientos. ¿Cómo podía desenamorarse de ella? Si las razones de la mente las podemos más o menos controlar, las del corazón quedan a merced del viento de la vida.

Toni Giménez (Septiembre 2024)

 

La edad tiene mucho que ver con las reflexiones que hacemos sobre ella.La visión en la juventud no es la misma que en la senectud. La vida no es un valor absoluto, es un valor relativo y referencial distinto para cada persona aunque haya aspectos comunes.

Toni Giménez (Agosto 2024)

 

Hay dos cosas que nos deberían enseñar al inicio de nuestra vida: que cada persona está completamente sola y que nada se mantiene siempre igual. La vida es un camino en solitario por mucho que haya otras personas a nuestroalrededor. Tanto las cosas, como las circunstancias, las situaciones y las personas, varían. Hemos de interiorizar nuestra soledad y aprender a adaptarnos a los cambios.

Toni Giménez (Julio 2024)

 

Incluso cuando escribimos en prosa deberíamos ser poéticos en las palabras. Una prosa poética llena de términos, expresamente buscados, para despertar no tan solo la mente, las ideas, sino también el corazón, los sentimientos.

Toni Giménez (Junio 2024)

 

EL LÁPIZ

El lápiz necesita una mano que lo haga funcionar.

Todo ser humano es una península, nuca una isla.

El lápiz necesita que le saquemos punta.

Todo lo que hacemos se debe ir puliendo.

El lápiz tarde o temprano se acaba

Todo tiene una duración imitada.

El lápiz tiene por aliada una goma que le permite borrar lo que no sale bien.

Todo se puede corregir.

El lápiz tiene forma propia, pero para escribir es necesario que tenga mina.

Todo ser humano tiene un alma.

El lápiz deja un trazo marcado en el papel.

Todo lo que hacemos deja huella.

 

Toni Giménez sobre una idea de Paulo Coelho (Mayo 2024)

 

Ayer por la mañana nevó e hice un muñeco de nieve en medio de la calle. Al cabo de un rato pasó una feminista y me preguntó que por qué había hecho un hombre y no una mujer. Deshice el hombre e hice una mujer de nieve. Más tarde pasó una vecina y me retrajo que la escoba que le había puesto encasillaba a las mujeres a las tareas domésticas y perpetuaba el patriarcado. Quité la escoba. Un abuelo que iba cogido de la mano de su nieto me gritó que por qué la había hecho desnuda, que la tapase inmediatamente. Mientras pensaba con qué piezas de ropa la taparía recibí una llamada de SOS Racismo preguntándome por qué la había hecho de color blanco. En medio de mi desconcierto fui criticado por un grupo ecologista porque no era sostenible que la “muñeca” de nieve llevase una zanahoria en la nariz. Le quité la zanahoria. Una pareja gai que cruzaba la calle en aquel momento me retrajo que por qué no había dado visibilidad al movimiento LGBTIQ+ y no había hecho dos hombres o dos mujeres cogiéndose de las mano. La televisión local se enteró de todas estas quejas y después de haberse convocado una manifestación en contra de los muñecos de nieve, aparecí en el noticiario de la noche como un hombre machista, sexista, racista, xenófobo, homófobo y mal educado. Finalmente, la Consejería de Igualdades ha dictado, de manera urgente, un decreto ley que prohíbe los muñecos de nieve.

Toni Giménez sobre un texto de origen desconocido (Abril 2024)

 

Hacía muchos años que no se había vuelto a enamorar. Le gustaba cómo era ella, cómo pensaba, cómo sentía, cómo hablaba. Compartían una manera similar de comprender la vida, de reflexionar como el Pequeño Príncipe, de llorar como Puff, el dragón mágico, y de detenerse en el tiempo como Momo. No obstante, había una marcada diferencia de edad. Ella tenía la vida por delante y él la tenía por detrás. Qué gozada poder volver a hacer planes de futuro... pero, aunque su corazón quedase hecho añicos y quedase desconsolado, ella tenía que continuar volando como Juan Salvador Gaviota.

Toni Giménez (Marzo 2024)

 

Quizás el mejor momento que hemos tenido para gozar plenamente de la felicidad haya sido en la juventud: la plenitud del cuerpo y la fuerza vital, propia de la edad, nos impulsa a luchar por lo que queremos de una manera contundente. Después, desgraciadamente, la felicidad se nos escurre...

Toni Giménez (Febrero 2024)

 

Estamos peor, pero estamos mejor porque antes estábamos bien, pero era mentira. No como ahora que estamos mal, pero es verdad.

Mario Moreno -Cantinflas- (Enero 2024)

 

Las lluvias de otoño se añaden a las lágrimas que vierten mis ojos. Las dejo caer para que llenen el río de nostalgia en el que se baña mi vida.

Toni Giménez (Diciembre 2023)